Según señala el diario "Heraldo de Aragón" en su edición de hoy, 21 de enero de 2010, fuentes del Arzobispado de Pamplona-Tudela han confirmado que los cartujos de la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza iniciaron hace seis meses los trámites pertinentes para instalarse en la comunidad navarra, concretamente en el valle de Ezcabarte, en el antiguo señorío de Náguiz, a escasos kilómetros de Pamplona, y que fue cedido a la Orden de la Cartuja, por su propietario, hace tres años.
Pero el proyecto de los cartujos se ha topado con un serio inconveniente; el lugar escogido para su nueva ubicación tiene protección medioambiental y, por eso, ha sido rechazado ya en dos ocasiones y hasta se ha creado un movimiento que se opone al proyecto.
El proyecto cartujano ocuparía una extensión de 7900 m2, con celdas para padres y hermanos, todas con vivienda y jardín, enfermería, farmacia, lavandería, cocina, hospedería, capilla, iglesia, claustro mayor y patios, utilizando materiales constructivos acordes con su emplazamiento.
De llevarse a cabo el traslado, supondría la desolación, en Zaragoza, de un edificio del siglo XVI, que ya fue abandonado por los monjes cartujos en 1808 durante la Guerra de la Independencia y al que regresaron en 1814 para establecerse hasta que fue vendido tras la desamortización de Mendizábal en 1835. En 1837, La Cartuja, fue convertida en fábrica de sedas, cuya función continuó hasta que, en 1901, volvieron los cartujos como arrendatarios. También hay que destacar que en 1983 fue declarada BIC (monumento nacional entonces).
Además conllevaría el abandono de un conjunto mural pictórico del aragonés Francisco de Goya y Lucientes, que actualmente se encuentra en fase de restauración. Si bien el resto del patrimonio (biblioteca, cuadros, ...) que se guardan entre sus paredes sería trasladado con los cartujos a sus nuevas dependencias, quedaría por ver qué pasa con las citadas pinturas murales de Goya y con el edificio.
De llevarse a cabo el traslado, supondría la desolación, en Zaragoza, de un edificio del siglo XVI, que ya fue abandonado por los monjes cartujos en 1808 durante la Guerra de la Independencia y al que regresaron en 1814 para establecerse hasta que fue vendido tras la desamortización de Mendizábal en 1835. En 1837, La Cartuja, fue convertida en fábrica de sedas, cuya función continuó hasta que, en 1901, volvieron los cartujos como arrendatarios. También hay que destacar que en 1983 fue declarada BIC (monumento nacional entonces).
Además conllevaría el abandono de un conjunto mural pictórico del aragonés Francisco de Goya y Lucientes, que actualmente se encuentra en fase de restauración. Si bien el resto del patrimonio (biblioteca, cuadros, ...) que se guardan entre sus paredes sería trasladado con los cartujos a sus nuevas dependencias, quedaría por ver qué pasa con las citadas pinturas murales de Goya y con el edificio.
Esperemos que no caiga en el olvido del tiempo porque su abandono total y mal aprovechamiento sería una pérdida cultural muy importante para Zaragoza y para todo Aragón.
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